jueves, 18 de junio de 2015

BOMBILLAS INCANDESCENTES Y LÁMPARAS DE BAJO CONSUMO

Aunque todos sabemos que Thomas Edison fue quien invento la bombilla, hay datos que establecen que él lo que hizo fue mejorarla y patentarla. 

La primera vez que apareció el término “lámpara incandescente” fue en un artículo científico de 1840, que describía un experimento del químico británico Humpry Davy.
 
El experimento de Davy fue realizado en 1802 y consistía en pasar corriente eléctrica por un hilo de platino unido a dos hilos de cobre dentro de un recipiente invertido.

Este sistema de hace más de un siglo no ha cambiado, puesto que sigue siendo un hilo o filamento de platino que se calienta por efecto Joule, con unas temperaturas tan elevadas que ese calor hace que se emita luz visible al ojo. 



BOMBILLAS INCANDESCENTES

Son las más conocidas y usadas. Emiten luz cuando la corriente eléctrica pasa por un delgado filamento que se calienta y se vuelve incandescente. Duración media: 1.000 horas.


* Vida útil de las bombillas eléctricas a 1000 horas.

* No ofrece muy buena reproducción de los colores, ya que no emite en la zona del espectro de colores fríos, pero al tener un espectro de emisiones continuo logra contener todas las longitudes de onda en la parte que emite del espectro.

* Su eficiencia es muy baja, ya que sólo convierte en luz visible alrededor del 15 % de la energía consumida. Otro 25 % se transforma en energía calorífica y el 60 % restante en radiación no perceptible, luz ultravioleta y luz infrarroja, que acaban convirtiéndose en calor.

* Tiene un precio asequible.


LÁMPARAS DE BAJO CONSUMO

Similares a los tubos fluorescentes (crean una descarga de gases 'vapor de mercurio a baja presión y una pequeña cantidad de gas inerte' dentro de un tubo que emite radiación ultravioleta de baja intensidad. La radiación impacta sobre un revestimiento de fósforo haciendo visible la luz ultravioleta), pero de tamaño parecido a una lámpara clásica. Duran más y consumen menos que una lámpara convencional. Duración media: 7.500 horas.

* Las lámparas fluorescentes contienen mercurio, un metal pesado utilizado en forma de gas para producir radiación ultravioleta (no visible), que luego un recubrimiento fluorescente convierte en luz visible y más blanca o azul.

* Los ciclos de encendido y apagado de las bombillas CFL afectan la duración de su vida útil, de manera que las bombillas sometidas a frecuentes encendidos pueden envejecer antes de lo que marca su duración teórica, reduciendo por tanto el ahorro económico y energético. Esto es aplicable en lugares de uso puntual, como pasillos o aseos. Deben evitarse también las bombillas en luminarias muy cerradas, pues las altas temperaturas también reducen su vida útil.

* Hacen menos ruido y no parpadean. Las lámparas electrónicas no usan balastro sino un transformador electrónico muy optimizado que produce la alta tensión de arranque a altísimas frecuencias, condición que ayuda a la creciente disminución del tamaño. Esta altísima frecuencia disminuye casi por completo el parpadeo o flicker.

* Las lámparas deben tratarse y reciclarse, depositándolas en puntos específicos para ello, puesto que al llevar mercurio son tóxicas.

* Aunque su coste es más elevado que el de una bombilla incandescente tradicional, también su duración es mucho mayor.

CONCLUSIÓN, la vida útil que nos ofrecen las lámparas de bajo consumo es una garantía de ahorro energético, así mismo su luz nos permite mejor visión.

Si necesitas información sobre cómo cambiar tus lámparas y dónde adquirirlas no dudes en consultarnos.






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